Despejando las ideas {Nikolay}

Algo que particularmente gustaba a Sulpicia de Moscú era el tipo de verano que tenían ya que la temperatura no superaba los 30 grados por lo tanto hacía que aquel clima fuese bastante agradable – dentro de lo que cabía- para alguien se su condición aunque quizás no debería hablar del tiempo sino de qué hacía ella allí… era sencillo, lo de siempre: huir de Volterra buscando algo que la reconfortase lo suficiente como para que su mente se ordenase algo que no conseguía ni sola ni en compañía, mientras la “vida” transcurría con normalidad para el resto de mortales y vampiros para ella parecía haberse parado en un punto concreto y ese punto se llama Nikolay ya no sólo el nombre resonaba en sus pensamientos sino su imagen, su figura, sus movimientos… se había quedado con todo e incluso a veces podía volver asentirlo aunque sólo fuese por una fracción de segundos durante una mala pasada de sus pensamientos.

La mujer negó para si misma ala vez que se sentaba en el capó del coche el cual aguardaba justo detrás suyo, no era más que un seat leon negro que había adquirido por un módico precio, y es que ser de la “”realeza” tenía sus ventajadas pero las desventajas eran mayores así que la mayoría de veces no la compensaba. A fin de cuentas, se acomodó mientras se sentaba sobre la superficie metálica apoyando las manos a la vez que arqueaba lentamente la espalda hacia delante observando sus piernas colgar de nada haciendo que el cabello se deslizase sobre sus hombros para dejarse mecerse levemente por una escasa brisa que se colaba entre los mechones; su rostro mostraba cierta confusión eso sin mencionar que estaba algo desencajado producto de no haber probado sangre en lo que ya era un día, sencillamente no tenía ganas de moverse, ganas de buscar alguna presa… ganas de nada sólo quería que el tiempo pasase rápidamente para esperar ver qué acontecimientos se daban. Por una vez, consideraba que ella misma se había excluido de los Volturi, no quería saber nada de ellos pero estaban Alec y Dianne de por medio así que de una forma u otra debía interesarse.

Suspiró a la vez que rodaba la mirada la cual permanecía, como siempre, inyectada en sangre algo que últimamente la desagradaba en su totalidad e incluso había llegado a comprarse unas gafas de sol la cual reposaban en el asiento del copiloto y las cuales en dicho momento dudaba si ponerse o no, finalmente, de forma lenta y perezosa se levantó para entrar en el vehículo – claramente abierto- y sentarse en el asiento del piloto para recoger las gafas cuyos cristales estaban teñidos de una tonalidad oscura y así se las colocó ocultando aquel iris tan particular que la hacía completamente “anormal”. Sulpicia apoyó las manos en el volante enterrando el rostro sobre este mientras movía la cabeza de un lado a otro murmurando algo en una lengua muerta que la hacía incomprensible incluso para los de su misma raza pues si algo era aquella mujer era inteligente y culta, había aprovechado bien los años de los gozaba.

El motor del coche se encontraba completamente apagado aunque la llave permanecía en el contacto, respecto el tiempo no parecía que el sol tuviese ganas de brillar y las temperaturas comenzaban a descender a pesar de ser verano pero como ya se ha dicho el verano en Moscú era muy particular.

Los pensamientos de Sulpicia se cortaron bruscamente cuando un olor, una esencia que le resultaba bastante familiar inundó sus fosas nasales haciendo que lentamente levantase el rostro a la vez que se recolocaba la larga cabellera castaña dejándola caer a un lado; bajó la ventana que le correspondía y paseó la mirada hasta dislumbrar la figura de Nikolay la cual tardó segundos en colocarse frente a su figura. Una sonrisa se dibujó en sus labios creando dos pequeños hoyuelos en las pálidas mejillas las cuales gozaban de menos color que habitualmente.-¿Qué haces aquí? Podrían vernos…- Murmuró con un deje de preocupación pensando que los Romanov no se caracterizaban por ser pocos es más a veces le parecía que eran más que ellos pero de igual manera no dudo en coger suavemente su mano entrelazando los dedos con los de él unos instantes, notando la suavidad de su piel puesto que la baja temperatura era idéntica en la suya y aquella ya se le hacía bastante normal.

-Ni siquiera yo esperaba estar por aquí, pero sube al coche es un tanto peligroso que estés por aquí fuera…- Murmuró soltando su mano lentamente a la vez que le hacía un gesto para que rodease el seat y se subiese al asiento del copiloto. Si accedía seguramente subiría todas las ventanas – teñidas de negro como era de esperar para evitar problemas- retirando las gafas de sol de su rostro para dejarlas caer en la parte trasera del coche mientras se colocaba bien la camisa de color marrón la cual se ajustaba y moldeaba su femenina figura. Por otro lado, algo que le gustaba bastante de Nikolay es que la observaba muy a menudo, sabía que constantemente la analizaba y eso la hacía sentir protegida puesto que notaba la mirada de él cada dos por tres, a otras personas podría incomodarle pero a ella no…para nada.

La mirada borgoña – también conocido como color sangre- se paseó nerviosa por el coche parándose definitivamente en el volante como si temiese mirar el hombre, temía mirarle y mirarle cada vez más para acabar más enamorada de lo que ya estaba aunque ¿Era eso posible? Prefería no averiguarlo así le dolería menos si tenía que apartarse de él porque si bien estaba segura es que al final tendría que renunciar a una cosa u otra, los Volturi o Nikolay… sólo pensarlo le daba la sensación de que se ahogaba y eso que no necesitaba respirar pero tenía la sensación de que los pulmones se le contraían apretándole a la altura del pecho. Necesitó agitar levemente la cabeza difuminando aquella sensación vagamente.

-¿A qué debo tu visita?-Preguntó mirándose las uñas cortadas de forma cuadrangular aunque había picos que podían arañar y ese tipo de arañazos solían doler bastante al ser finos; respecto a la pregunta no pudo evitar sonreír de forma irónica…sabía porqué estaba allí pero aún así no pudo evitar decir aquello.

En el interior del coche la temperatura era un tanto más baja que fuera aunque ambos al tener una temperatura corporal tan baja posiblemente no lo notarían además se respiraba cierta tensión un tanto difícil de explicar de donde provenía eso sin mencionar el olor a nuevo.

Al ver como entraba Nikolay al vehículo Sulpicia tuvo que girar el rostro levemente ya que entró un finísimo hilo de sol que la disgustó hasta que la puerta se cerró de forma seca; observó cómo se acomodaba colocándose la camisa lo que conllevó a que torciese el rostro observándolo con curiosidad, atentamente como no queriendo olvidar ningún detalle. Ciertamente, el ambiente le gustaba ya era muy típico de los de su raza, a algunos les incomodaría pero para ellos era perfecto debido a que la luz era muy escasa, el espacio no demasiado amplio pero lo suficiente íntimo como para que disfrutasen de su compañía.-Por si acaso…- Siseó riendo levemente por pura inércia, él conseguía que la mujer recuperase parte de su carácter afable ya que el resto estaba atento a cualquier cosa ajena que pudiese dañarlos.- Necesitaba alejarme un poco, las cosas están algo tensas… en general.-Masculló levemente molesta volviendo a recordar a los Vulturi pero ¿Qué podía hacer ella? Era una más aunque en aquel momento no deseaba serlo, sencillamente quería ser una vampira más sin ningún tipo de lazo pero no era así, y seguramente no lo sería nunca…

La mujer escuchó sus palabras repasándolas a la vez que llevaba uno de sus propios dedos a los femeninos labios y se mordía por pura costumbre notando el metálico sabor de la borgoña sangre la cual se deslizaba ligeramente entre sus labios, tenía hambre pero sencillamente no quería comer, no quería salir y acabar con la vida de un humano más algo poco frecuente considerando que era carnivora y que si llevaba días sin comer podía acabar muerta además de debilitada cosa que ya estaba sólo había que mirar su pálida piel la cual parecía que se rompería en cualquier momento.- Además está claro que vengo a verte a ti Nikolay, a parte de que quiero alejarme de Volterra… consigues darme la tranquilidad que necesito.- Masculló girando el rostro para mirarle ala vez que apoyaba la cabeza en el respaldo y le sonreía levemente retirando el dedo del interior de sus labios a sabiendas que el olor de su sangre atraería al hombre y posiblemente a algún vampiro cercano pero ya se había cerciorado de que no hubiese ninguno cerca, por si las moscas.

La mano de ella volvió a coger la del hombre observando un instante sus dedos a la vez que los acariciaba con las yemas de los dedos, le gustaba el tacto de su piel conseguía distraerla lo suficiente durante unos instantes aunque no lo reconociese además se le veía tan feliz, tan contento, tan vivo… aquello la orgullecía puesto que se sentía útil.

Si Nikolay tuviese temperatura corporal seguramente cuando hubiese notado aquel hervor sus mejillas se habrían notado de un color carmesí pero igualmente la mujer pudo observar cómo levemente el cabello de la nuca se le erizaba por dicha sensación que le pareció digna de observar.-Dicho así parece tan romántico…-Dijo con ironía riendo levemente a la vez que rodaba la mirada, le gustaba ese leve aire siniestro que tenía – o que al menos ella pensaba que era así- el vampiro. El tacto de su piel a la altura de sus labios hizo que se estremeciese y que sus pensamientos se perdiesen, si hubiese sido por ella se habría girado para atravesarle la mano con los colmillos para deleitarse con su sangre pero tenía que controlarse en todo momento así que se limitó a sacudir levemente la cabeza con un ápice de resignación ya que imaginarse situaciones como aquellas podían con su persona y más teniéndolo tan sumamente cerca.

La mujer alzó una ceja al escuchar al pregunta, por un momento no parecía estar allí pero en cuestión de segundos volvió del todo en sí.- Sólo hace un día, no me pasará nada únicamente estoy acostumbrada a alimentarme diariamente… en Volterra hay muchos excursionistas.- Comentó con un toque de maldad propio de los suyos. El aliento de él golpeó su oreja haciendo que se estremeciese en su totalidad.- ¿Qué no pasará nada? Cómo sigas así el que tendrá que preocuparse de lo que pueda pasar seriamente serás tú.-Bromeó aunque no quedaba muy claro si era una broma pero más valía que se riese para distraerse brevemente fijándose de soslayo en el detalle de la mirada aunque debía admitir que le gustaba más en su tonalidad natural.

Sulpicia también se acomodó es más se quitó los zapatos de agudo tacón negro echando levemente el asiento hacia atrás para poder estirar las piernas colocándose de perfil para poder mirar a Nikolay en todo momento a la vez que reposaba los brazos aparentemente inertes a los lados; ella no vio al humano pasar por el retrovisor pero sí que pudo oler la sangre a través de los poros la cual inundaba sus fosas nasales en su totalidad, llamando a su parte más salvaje pero no, no quería hacerlo así que reprimió las ganas de salir a la calle a por él sin importarle su salud; los labios se abrireron para murmurar – por si acaso.- No lo hagas…- Tosió como si se supiese sus intenciones aunque ciertamente sólo era una conjetura al parecer estaba muy cómodo para levantarse pero podía equivocarse. Agh que más daba.

En la parte trasera del coche, en uno de los asientos estaban las cosas de la vampira, unas gafas de sol juntamente con el bolso abierto el cual tenía cosas aparentemente normales, una cartera, un teléfono móvil silenciado, una cajetilla de tabaco, un mechero… cosas que no hacían sospechar nada raro.

Hay una cosa que estaba muy clara, el deseo de sangre de los vampiros es mayor que cualquier cosa y concretamente el de Nikolay pero si bien Sulpicia sabía como eliminar ese deseo y que se centrase en otra cosa pero de momento no iba a hacer nada, no iba a apagar aquella sensación que inundaba las fosas nasales y recorría aquel cuerpo que hace tiempo perdió su vida humana para introducirse otro tipo de coexistencia; al verlo nervioso la mujer alargó una mano y con la punta de la uña recorrió su brazo lentamente desde las yemas de los dedos hasta el hombro aunque sin llegar a clavarla sólo por ¿Respeto? No, no era ese tipo de respeto hacia él aunque en el fondo sí que existía pues sabía de quien se trataba.

-Se te nota Nikolay, se te nota…-Murmuró observando su cuello, si que pensaba que él no la mordería a ella pero… ¿Ella a él? La mujer tenía unos límites, siempre los había tenido además muy claros pero hacía meses que los había roto sólo por el hecho que se sintiese atraída por el joven Romanov ya, en aquel momento los había traspasado así que lo siguiente que hiciese quería en un segundo plano, una costumbre… El cuello del hombre le chillaba que fuese a por él además los “mordiscos” entre vampiros eran de lo más placenteros aunque no servían como forma de alimentarse cosa que era todo lo contrario con los humanos los cuales servían de alimento y a quienes sí les dolían y como ya se ha dicho entre vampiros la cosa cambiaba, mucho.

El silencio se hizo en el coche pero pronto sus pensamientos se vieron nuevamente quebrados por las palabras de el hombre , aunque concretamente una palabra “Estrecha” ¿QUÉ? ¿La había llamado estrecha? Sulpicia arqueó una perfilada ceja castaña mirándole con la típica cara que te mira una mujer cuando le has dicho algo horriblemente horrible pero pronto se tranquilizó y gruñió:- ¿¡Me has llamado estrechaa!?- Se levantó dándose obviamente un coscorrón para intentar acercarse a él pasando acuclillada por encima del cambio de marchas y el freno de mano terminando por caer sentada sobre el a la altura de su torso..- ¡Eso a Sulpicia Vulturi no se le dice!- Bromeó a medida que colocaba una pierna a cada lado de su cintura, agachada para luego inclinarse y morderle claramente el cuello, jugando como forma de “castigo” por su comentario.

El automóvil estaba completamente insonorizado así que fuera no se escuchaba nada de la conversación que mantenían al igual que tampoco se veía nada por los cristales tintados y el peso de la carrocería era de mayor peso que sus movimientos así que el coche permanecía completamente quieto, silencioso… sin dar señales de vida en su interior.

Sulpicia frunció el ceño medio en broma- medio en serio volviendo a escuchar aquel comentario:- Yo no soy estrecha, eres tú demasiado liberal…-Gruñió ligeramente a medida que sus dientes mordían el cuello de Nikolay ya no sólo los colmillos sino también algunas piezas bucales haciendo la suficiente fuerza como para que la piel se quebrase y comenzasen a salir finos hilos de sangre algo que hizo que se estremeciese profundamente a la vez que su lengua lamió tiernamente el líquido cobrizo el cual fue una ínfima dosis para ella. Sencillamente, era deliciosa y eso que había degustado muchas, pero muchisimas…, sin embargo, la de él era especial, única aunque también cabía la posibilidad de que la idealizase por el hecho de sentirse atraída por el hombre, quien sabe.

-¿Alguna vez has pensado que podría ser una mujer débil? Oh vamos, no me hagas reir…-Siseó la mujer riendo levemente sin poder evitarlo a la vez que notaba como Nikolay se degustaba de manera parecida con su cuello disfrutando de estas y recordándolas al detalle ya que las experiencias que vivía con él no solían repetirse muy a menudo por no decir casi nunca al estar bastante vigilados por ambas partes. El rostro de la mujer se ahogó en el cuello de Nikolay aspirando profundamente el aroma que irradiaba notando la suavidad de su piel y cabello mientras sus manos ascendían por los costados de él colándose bajo la tela de la camisa necesitando su contacto físico.

No hubo respuesta al último comentario estaba claro que le gustaba pero no seguiría mordiéndole ya que temía no poder contro… nah, no pudo hacer nada y sus labios volvieron a su cuello pero esta vez los colmillos atravesaron la anterior herida que había dejado en el cuello producto del mordisco. La sangre se deslizó por su garganta paladeándola, algunas gotas escapaban manchando la piel de él conjuntamente con los labios y barbilla de le mujer, las uñas presionaron sus costados creando cierta presión e incluso amenazaban con clavarse en la marmórea piel en cualquier momento. La cuestión era sencilla o se unía a lo que acabaría siendo un festín o la paraba antes de que le hiciese daño, él escogía a fin de cuentas ya que Sulpicia no parecía estar demasiado presente al menos en mente.

Un gemido de placer se ahogó en el interior de sus labios manteniendo aquella posición arqueada que no parecía molestarla a la vez que la camiseta se alzaba ligeramente dejando ver un estómago el cual estaba tatuado a la altura del ombligo con una diminuta “S” que poco llamaba la atención.

Sulpicia rodó la mirada pensando que discutirle aquello no llegaría a nada puesto que cada uno tenía una forma distinta de ver su no-vida así que no llegaría a ningún punto medio más valía respetarlo y dejarlo estar aunque el tono la degustaba pero aquel hombre tenía carácter, mucho carácter… segundos más tarde notó cómo las agujas que conformaban los colmillos atravesaba levemente la piel haciendo que pequeños brotes de sangre brotasen de la femenina piel, necesitó ahogar un quejido de dolor mezclado con un placer cuya última sensación superaba la primera por lo tanto merecía la pena.- Deliciosa…- Murmuró recordando el sabor de esta en el interior de sus labios mezclándose con la saliva.

Le correspondió en el beso notando la suavidad de los labios además de lo moldeables que eran sintiendo el frío aliento que salía del interior de su garganta, mordiéndose el labio presa por un momento de la locura la cual comenzaba a ascender por toda su figura sin medida alguna, sus manos se encargaron de quitarle la camisa a Nikolay aunque más bien destrozaron la tela acariciando ahora su torso con las yemas de los dedos ascendiendo por el centro con intenciones de clavar las uñas pero no lo hizo sólo alzó el rostro de su cuello mirándole pacientemente mientras se relamía los labios no queriendo perdese ninguna gota pero era inevitable que más de una resbalase por la comisura descendiendo por la barbilla.

-¿Uhm? ¡Ah…¡ ¡Ah!- Pareció volver en si paseando el iris inyectando en sangre por la figura del hombre viendo la herida del cuello la cual sangraba y la camisa destrozada a la vez que pegaba sus caderas acercándose todo lo que podía e incluso más escuchándose un crujido. Iba a responderle, iba a volver en si pero al notar los colmillos de él clavarse hasta el máximo no pudo evitar soltar un gemido puro de placer acompañado de pequeños jadeos que parecía quebrarse en el aire al notar la fría lengua en contacto con aquella cálida zona que emitía sangre por doquier, a aquella altura no llevaba para morderle el cuello ya que sus labios sólo llegaban hasta el hombro pero le daba igual aún a sabiendas de que si clavaba los colmillos en aquella zona le dolería pero… sólo era un poquito ¿No?

-Te dolerá-Farfulló presa de la situación clavando los colmillos en el hombro sólo las puntas para luego descender creando lo que serían dos profundos arañazos lamiendo la poca sangre que salía mientras sus manos se deslizaban por sus costado ascendiendo hasta sus hombros, masajeando estos lentamente a sabiendas de que no se relajaría pero sí eliminaría tensión acumulada.

Lo de la camisa era lo de menos ya buscarían alguna escusa o cualquier otra cosa que sirviese como precedente; a cada roce, beso o gesto que hacía su cuerpo se estremecía mientras que de sus labios brotaban jadeos entremezclados con gemidos que no la dejaban indiferente a su vez las uñas se clavaban en su torso dañándolo pero a sabiendas que no le quedarían marcas visibles ya que para algo era vampiro; el escucho un quejido de dolor hizo que sus labios se curvaran en una macabra sonrisa disfrutando de aquello.-¿Cansada? Aún me quedan muchos trotes como para estar cansada…-Siseó con un deje de pasión insólita y es que Sulpicia era así de apasionada en lo que se refería con su Nikolay el cual por momentos le gustaba más y más, al final acabaría enganchada a él de igual manera que un cocainómano se enganchaba a la cocaína.

-Pues es tuya, toda tuya…-Murmuró alzando los labios besar su barbilla llevándose consigo algunas gotas de su propia sangre que agradeció unos instante antes de clavarle los colmillos a la altura del hombro descendiendo para desgarrar la piel y dejar que la sangre saliese que no era en cantidad puesto que no había localizado ninguna vena importante ni tampoco era su intención desangrar al hombre. La punta de su lengua siguió el recorrido que habían formado sus colmillos riendo levemente ante la “amenaza” la cual le parecía bastante sugerente aunque algo que si le parecía muy sugerente era el hecho de cazar después de aquello cosa que tendría que hacer sí o sí sino quería acabar catatónica, tenía que llegar a Volterra en buenas condiciones para que nada de aquello se notase.

Ahogó un gemido notando como la apretaba contra él, notaba efímeramente su exitación a fin de cuentas y la de ella era claramente visible:-Vea…-Sus palabras se cortaron de lleno notando como los colmillos atravesaban su piel dejando escapar de sus labios un quejido de dolor que se vio envuelto por el placer, sus labios se entreabrieron y si en aquel momento tuviese respiración esta se habría cortado. Las manos de la mujer acariciando levemente su cuello notando como la mordía, pasando las yemas de los dedos por su piel de forma dulce y delicada mientras se dejaba hacer esperando el momento en que sus labios se separasen y dejase de beber su sangre. Su cuerpo sencillamente se relajó

Notó los fuertes brazos de Nikolay apresarla con demasiada fuerza haciendo que un leve quejido brotase de sus labios a sabiendas que prácticamente lo había hecho sin darse cuenta así que no le dio importancia alguna sólo le sonrió suavemente a la vez que apartaba del rostro uno de los castaños mechones que caían interrumpiéndole aquella característica mirada.-Te faltaran siglos para saber todo lo que escondo…-Murmuró bromeando y entrecerrando suavemente aquellas bonitas orbes las cuales en sus alrededores carecían de maquillaje notable sólo una base para ocultar levemente su palidez claramente anormal. Una de las manos se deslizó para retirar el cabello del hombro facilitándole su tarea a Nikolay mientras algún que otro jadeo se ahogaba en el interior de la boca de la mujer la cual notaba un cúmulo de sensaciones que era incapaz de definir.

Le besó en sus labios levemente tirando del labio inferior para luego soltarlo a la vez que se retiraba muy efímeramente para quitarse la camisa de tonalidad oscura la cual tenía alguna que otra mancha por la sangre eso sin mencionar que la falda de tubo negra la molestaba, suerte que ya se había retirado los zapatos antes; la lencería de la mujer como era de esperar era de encaje – al menos el sujetador- y negra…como toda. La mujer no pudo evitar observar uno de los empañados cristales observando luego su hombro del cual pendía alguna que otra gota, negando…- No, no voy a dejarte debilitado.- Murmuró besando la comisura de sus labios tentándole, provocándole a lo que respondió con un apasionado beso el cual correspondió en todo momento notando aún el sabor metálico de la sangre de ambos entremezclarse con la saliva.

Sus dedos repasaron las yemas de los dedos las heridas que le había hecho pero le daba igual, sabía que aquello no era nada comparado con lo que podían hacerle a ambos sus respectivas razas así que se limitó a suspirar haciéndole un gesto para que la siguiente y como buenamente pudo se movió a la parte trasera del coche empujando con un pie el asiento del piloto para ampliar el espacio ya que ese coche podía llegar a ser bastante ancho si se conocía, sino sería uno más. La femenina figura se dejó caer en la parte trasera, cruzándose de piernas mientras esperaba que Nikolay fuese con ella, en el caso de que lo hiciese también adelantaría su asiento e incluso le dio un empujoncito a su bolso tirándolo al suelo escuchándose un sonido metálico al caer.

La mujer suspiró levemente negando para si misma pensando que Nikolay era un vampiro mucho más joven con ella:- Bueno, eso lo dices tu que no tendrás más de 200 años pero yo voy ya por los 900 y creeme que a esta edad aprecias más el tiempo conjuntamente con la inmortalidad- Dijo Sulpicia mordiéndose levemente el labio inferior terminando de quitarse la camisa echándola donde veía mientras colocaba debidamente una de las tiras del sujetador torcidas-Sí, lo eres no todo el mundo ve el cuerpo de Sulpicia…- Siseó sonriendo al notar el beso en el ombligo produciéndole un leve hormigueo que no era capaz de explicar tras todo aquello se movilizó a la parte trasera.

La mujer se acomodó en el asiento del centro hasta que vio al vampiro moverse hacia atrás momento en el que se movió hacia la derecha suavemente habiendo observado cómo se desvestía:- Que irónico…- Dijo pasando la lengua por los afiliados colmillos un instante esperando que estos volviesen a la normalidad asemejándose así a la dentadura humana notando cómo se acercaba.- Demasiadas cosas, incluso nos faltaría eternidad…-Bromeó deleitándose por aquel beso en el canalillo.

-Jugar, jugar… ¿Y a qué quiere jugar el señor Roma…- Bromeó aunque sus palabras se cortaron ya que de soslayo observó su teléfono brillar aunque estuviese en silencio, alargó una mano para coger observando que claramente la llamada era de su familia así que le hizo un gesto a Nikolay para que silenciase sus labios a la vez que lo descolgaba.- Hola, hola… ¿Qué tal estáis?-Preguntó con la mirada puesta sobre el Romanov sonriéndole levemente a sabiendas de que aquello no le gustaría y posiblemente lo tensaría:- Sí, sí… estoy en Paris buscando al neófito…- Murmuró ella rodando la mirada aburrida de aquello:- No, no…todavía no lo encontrado y sí lo eliminaré en seguida… no te preocupes no me ha pasado nada.- Bufó levemente mientras escuchaba la voz a través del teléfono entreteniéndose con un mechón de su cabello.

Sulpicia hizo una leve mueca de enfado, ¿Tantas cosas tenían que decirles? Ogh, sino prestaba atención a la mitad de las cosas ya que su mirada estaba puesta en la figura de Nikolay observando el espacio que había entre ellos y acercándose lentamente sujetando el móvil a la altura de su oído mientras sonreía con cierta maldad teminándo por sentarse sobre su regazo, igual que antes con una pierna a cada lado de su cintura. Le hizo un gesto para que callara a la vez que le mordía el cuello, aprentándole con las intenciones de hacerle a rabiar pero a sabiendas de que no podía abrir lo labios sino quería ser descubierto que los Vulturi fueran hacia allí.

-Ahá, entiendo...s..si.-Murmuró la mujer mientras escuchaba o eso aparentaba, aprovechando los silencios en los que hablaba la voz ajena para atravesar con un colmillo su piel lamiendo la sangre que salía la cual en este caso sí que había localizado una pequeña vena por lo tanto la sangre brotaba de forma fina pero continua haciendo que mucha se le escapase por los labios resbalando por el hombre y torso de hombro manchándolos a ambos.-No, no he encontrado ningún Romanov…-Siseo relamiéndose los labios mientras se entretenía con el cuello de Nikolay alzando la mano que tenía libre para pasarla por el torso de él desde la parte superior hasta descender rozando con las yemas de los dedos su parte más íntima aunque por encima del pantalón.


El trasero de la mujer se acomodó sobre las piernas de él murmurando:- Claro, claro que os hecho de menos….-Mintió pues precisamente ahora mismo no estaba en Paris ni los echaba de menos, quizás sí un poco a su pequeña hija pero sabía que ella podría cuidarse sola al menos hasta que volviese y sino siempre podría recurrir a segundas personas.